martes, 17 de julio de 2007

Presentación

En mi mochila últimamente comparten espacio los diálogos de Platón con comics, la mayoría de los X-Men. Heroes, de Tim Kring, ha supuesto una aportación tan grande a mi vida que aún no he superado y que no tengo prisa por explicar. Tolkien, autor de mi libro preferido, inventó lenguas nuevas porque sus personajes se salían de todas las categorías de los muchos idiomas que conocía. Yo realizo un trabajo de investigación acerca de las repercusiones artísticas que tuvo un concilio de la Iglesia celebrado en el siglo XV. Y todo está relacionado.

Los comics que leo tratan en su mayoría de superhéroes, personas con alguna capacidad sobrehumana que les hace diferentes a los demás, un poder, que a veces es tan ficticio como rayos ópticos, pero otras tan humano como la capacidad de leer la mente. En cualquier caso, deben aprender a vivir con su poder y usarlo no sólo para hacer el bien sino también para enfrentarse a los que han obtenido una habilidad similar, pero sin la suficiente integridad moral para aceptarla. Estos últimos también se saben diferentes, pero no quieren serlo. Kundera los definió como "insoportablemente leves". No son en nada diferentes a Melkor y Sauron, los grandes enemigos del mundo de Tolkien. Frente a ellos personajes como Gandalf, Aragorn o Frodo encarnan algunas de las diferentes caras que presenta el héroe real, un individuo que no está marcado por un poder concreto, sino por un comportamiento de tal grandeza que se hace inaccesible al común de los mortales y a nuestras torpes lenguas gobernadas por el uso. Por eso Tolkien, consciente de que "colina es un nombre demasiado corto para todo el tiempo que lleva ahí", lanzó su expansiva imaginación a crear palabras y lenguas nuevas que se acercaran con más precisión a lo que intentaba contar al universo.

Sin embargo, ¿qué es un héroe? Platón nos lo cuenta de boca de Sócrates en el diálogo Crátilo:

- Sócrates: Eso no es muy difícil de comprender, pues apenas si ha variado su nombre, el cual manifiesta el origen del "amor" (eros).
- Hermógenes: ¿Cómo dices?
- Sócrates: ¿No sabes que los héroes son semidioses?

En otra obra, el Banquete, Platón ahonda en la idea del amor como semidios, como héroe, pues así eran llamados en la Antigüedad quienes habían nacido de la relación de un dios y una mortal . Es este carácter de enlace entre los dioses y los hombres lo que Platón llama amor, y es lo que nos lleva a los hombres mortales, imperfectos y sombras de lo que en realidad somos, a buscar a los dioses, pues en ellos está la verdad, algo a lo que el hombre tiende por naturaleza.

En 1438 dio comienzo un concilio que durante dos años mantuvo en contacto a lo más refinado del burdo occidente europeo con lo más selecto del orgulloso y moribundo oriente. Discutieron hasta la saciedad acerca del origen del Espíritu Santo, ese indefinible ente casi identificable con el amor platónico, pues a través de él los hombres reciben la imagen de dios y los santos escriben sus páginas, que por ello mismo son consideradas infalibles. Sin embargo, unos santos habían escrito "a través" donde otros decían "de" y de ahí nacían sus desavenencias; sólo al final se dieron cuenta de que proveniendo todos los escritos de la misma fuente divina, era el lenguaje el que les había confundido durante siglos.

A ese concilio acudió Giorgios Gemistos Pletón, un extravagante anciano que profetizaba la unión de cristianos, judíos y musulmanes bajo la misma religión de los antiguos cultos paganos que adoraban al sol como único dios. Encontraba todos sus argumentos en las obras completas de un hombre que había sido injustamente olvidado durante siglos: Platón. Fue tal la impresión que Pletón tuvo que causar en un joven médico llamado Ficino que, cuando años más tarde le presentaba a Cosimo de' Medici su traducción al latín de algunos de los diálogos platónicos, hablaba de él dum Plato quasi renasceretur, casi como si Platón hubiera renacido.

1 comentario:

AliciA dijo...

Caramba, llevas tantas cosas en esa mochila que efectivamente dan para un blog entero.

Me gusta mucho el nuevo estilo (cuando hablemos tranquilamente te explicaré por qué el estilo es lo más importante de un texto, a mi juicio) literario. Es claro, preciso, pero no exento de retórica, y el planteamiento circular del post siempre me ha parecido original y divertido. Es inteligente y sorprendente, culto y espero que crítico, por lo que apuntas a la hora de relacionar ideas.

Enhorabuena, ¡yo me apunto!