martes, 26 de febrero de 2008

Oro olímpico

El pasado domingo, por la mañana, estuve viendo un rato la tele, en la que creo es la mejor franja horaria por calidad y adecuación. Levantarse un domingo y poder ver varios programas de zapping, Bricomanía (you know what I'm talking about), baloncesto y el programa de César Millán, todo a la vez, es algo único. A todo esto se unió un programa de La 2 sobre medallas olímpicas, haciendo un repaso por las más inesperadas, las más representativas, o algunas que son de momento las únicas que ha conseguido determinado país. Cada reportaje duraba aproximadamente cuatro o cinco minutos y todos, sin excepción, despertaron en mí un escalofrío al final. La victoria olímpica es probablemente la victoria más alta que un hombre puede conocer. Si ya la épica vida del atleta es breve en sí misma, las oportunidades de ganar un oro olímpico en esos años son realmente escasas, dos o qiuzá tres, cuatro con mucha suerte. Se pueden ganar campeonatos nacionales, internacionales, incluso mundiales, pero nada se comparará nunca con un oro olímpico, porque para ganarlo no dependes sólo de tu preparación, de los rivales, de la suerte, dependes además de que la diosa Victoria te elija para grabar tu nombre en la lista casi sagrada de los campeones olímpicos. Años de trabajo que culminan en un instante concreto, en un fogonazo de emociones que nadie será nunca jamás de explicar, en el alivio de saber que Lo has logrado, que has vencido en una de las batallas más hermosas que se pueden librar, que eres digno de ser coronado con los laureles del Triunfo, que los valores deportivos de la humildad, el esfuerzo, el sacrificio, la constancia y la abnegación son en ti supremos, porque sólo las personas así son capaces de ganar una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos.

Este vídeo es sobre Sarah Hughes, que ganó la medalla de oro en patinaje artístico a sus 16 años y contra todo pronóstico. Al final se ve precisamente el momento del que he tratado de hablar en el párrafo anterior. Espero que al menos el vídeo sí os guste.


4 comentarios:

Javier dijo...

Vale, llámame blando, pero se me ha caido la lagrimilla con el vídeo.
Con estas cosas me emociono muy fácil. Con decirte que casi lloro cuando Raúl marcó el gol que le dio la Copa Intercontinental...

Alicia dijo...

A mí el texto, sin vídeo, me ha puesto los pelos de punta, que es casi lo más difícil que se puede conseguir con un texto. Gran post, sinceramente...

Alicia dijo...

Y por cierto, un día que yo vi bricomanía (sí, en efecto)lo que hicieron fue... ¡¡Revestir de madera una buhardilla!! Joder! Pero qué obra era esa!!!???

Jorge Quirós dijo...

jaja la misma clase de obra que cuando fabricaron una ¡¡Puerta de Garage Automática!!
Y si eso te parecía poco... también nos deleitaron con ¡¡UNA NEVERA PORTÁTIL!!

me encanta el post. tú sí que Lo has logrado.